Hola!, seguramente si tienes un hijo pequeño te has preguntado que tan beneficioso o no es estimularlo o dejarlo seguir su proceso.
En medio de esta duda, se viene hablando en los últimos años sobre un tema interesante llamado “movimiento libre”.
Te cuento un poco sobre esto, para que basado en información tomes la mejor decisión, que siempre será aquella que resuene con tu corazón y por supuesto, tu estilo de crianza.
El Movimiento libre incluye varios puntos:
- Es una mirada de respeto y confianza frente a los niños y niñas.
- FOMENTA LA CONFIANZA FRENTE A ELLOS y SU CAPACIDAD de seguir su propia guia. identificar hasta dónde puede llegar, escucharse a sí mismo, identificar posibilidades y limitaciones.
- Considera a los niños son seres capaces inteligentes y potentes, llenos de ideas y voluntad.
- Ninguna acción se lleva a cabo sobre el, sinó con el. no intervenir en la motricidad del bebé
- Si tenemos ciertas condiciones en el entorno (sostén afectivo y emocional, y condiciones prácticas del ambiente) podemos alcanzar el desarrollo de la motricidad de una forma armoniosa, orgánica y fluída.
“Imagina que todos desde bebés tuviéramos la convicción y certeza de que somos capaces de todo lo que deseamos lograr”.
Pautas:
- El bebé nunca se coloca en una posición a la que no ha llegado por sus propios medios.
- Durante los primeros meses, cuando el bebé no esté siendo cargado o porteado, siempre debe estar boca arriba en una posición cómoda y firme.
- Se le dan medidas anticipatorias frente a todas las acciones que se realice con el bebé.
- Se acondiciona el espacio físico
- Uso de ropa cómoda que permita el movimiento.
- Pies descalzos son una fuente invaluable de contacto con el mundo. Para facilita el agarre, el apoyo y equilibrio.
- Presencia constante del adulto que esté atento a todas las necesidades del bebé.
Respetar al otro o a uno mismo implica conocer y aceptar sus posibilidades, limitaciones, no exigirle aquello que por alguna razón no puede o no quiere entregar. No forzar, ni presionar, no acelerar, no ponerlo en situaciones que no desea, ni disfruta o para las cuales no está preparado. Ni siquiera con una buena intención de fondo. Amándolo de forma incondicional sin esperar a que se transforme en algo que no es.